Todos estos detalles de guión y puesta en escena los aprovechó Coral Herrera, la primera invitada de estas jornadas, para introducir el contexto de estas: “no podemos explicar un sistema económico como el que tenemos, sin hablar de las personas, en concreto, las mujeres que sostienen los cuidados de forma invisible y no remunerada”, decía.
Coral Herrera, escritora, docente y autora de numerosos libros sobre feminismo y amor romántico, pudo trasladar esta reflexión al alumnado de instituto que acudió a la proyección de la película y dejar algunos interrogantes planteados para la sesión de la tarde: ¿Quién cuida a las cuidadoras? ¿El trabajo es una parte más de nuestras vidas o vivimos para trabajar? ¿Adaptamos nuestra vida al trabajo o el trabajo a nuestra vida?
Esta última pregunta fue el detonante que llevó a Merry Colomer, otra de las invitadas, a tomar acción en materia de corresponsabilidad.
Merry Colomer, productora en Morena Films, hablaba sobre su propia experiencia implementando rodajes conciliables, montando ludotecas desde la producción de una película para que el equipo técnico pudiera conciliar su jornada con el cuidado de los hijos e hijas… Y lo dejó claro en todo momento: Lo pudo llevar a cabo gracias al trabajo de CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales) en materia de corresponsabilidad y el apoyo de compañeras especializadas. Solo así pudo darle a la creatividad y desmontar el mito de que conciliar en los rodajes es imposible.
Nos habló de las 4 claves para montar un rodaje sostenible: buscar un lugar, encontrar a las personas profesionales que puedan acompañar a las menores, contratar cobertura legal de todas las personas, pequeñas y mayores, y los materiales educativos.
Subrayó que no es tan difícil, y el porcentaje económico dentro de una producción media es más que asumible. También destacó el poder simbólico de simplemente contar en rodaje con un servicio de ludoteca. El simple hecho de que este servicio exista, sirve para concienciar a las personas que trabajan en rodaje de que la conciliación es un derecho y tenemos que reivindicarlo.
Tras la intervención de Merry Colomer llegamos a la conclusión de que, efectivamente, “lo personal es político”, tal y como reza el conocido lema feminista. Un lema que aprovechó bien María Guerra, periodista especializada en cine, que moderó la siguiente mesa técnica de experiencias.
En ella, Violeta Salama, directora de cine, nos compartió su experiencia en diversos puestos técnicos en rodaje y cómo ahora, al dirigir su propio set, puede poner encima sus propias necesidades de conciliación y escuchar a su equipo. En un momento dado dijo “el silencio es duro”. Conocer su experiencia de estar rodando en jornada nocturna, embarazada de 8 meses sin una silla en la que sentarse, es una heroicidad que las mujeres profesionales del sector no quieren en sus carreras y verbalizarlo ayuda a que estas situaciones no se repitan.
Juan Antonio Vigar, Director del Festival de Málaga nos dejó con una especie de receta que consiste en “Despertar la sensibilidad para transformarla en una necesidad para que se convierta en una obligación”. Y nos recuerda que los cambios no se hacen de la noche a la mañana pero sí son posibles, porque los cambios empiezan por las personas.
Una reflexión que comparte Manuel Cristóbal, Director del Festival de cine europeo de Sevilla que dijo: “No voy a esperar a que el gobierno cambie. Impulsamos estas iniciativas porque el cambio crece de persona en persona”.
Con este posicionamiento nos habló del exhaustivo plan de conciliación que se va a poner en marcha en la próxima edición del festival en noviembre y puso encima de la mesa que la conciliación no solo afecta a las personas invitadas, sino también a asistentes y a las personas profesionales de prensa. “Toda esta batería de acciones surge de simplemente escuchar las necesidades de las personas”, añadió.
Adelfa Calvo, actriz, nos recordó que la conciliación no solo es una necesidad cuando tenemos hijos e hijas. Nosotras también somos hijas, hermanas, nietas… También tenemos personas mayores a nuestro cargo, y también personas con diversidad funcional y personas dependientes… que por cierto, somos todas. Todas fuimos bebés, todas podemos enfermar y todas seremos mayores. Adelfa recordó que somos interdependientes y recitó una poesía recordándonos que todo al 50% y con respeto.
Por último, Marta Alamillo, productora de The Flow Studio, contaba que en un momento de su vida ella decidió construirse su propia conciliación. Como profesional autónoma, se construye su jornada flexible acorde a sus necesidades y se pregunta: “Si existe una obligatoriedad para implementar un plan de sostenibilidad ambiental en las producciones, ¿por qué no es obligatorio también un plan de sostenibilidad social? Al igual que existen coordinadores de intimidad, ¿por qué no coordinadores de corresponsabilidad?”
Ahora mismo, esta responsabilidad recae en los equipos de producción, esas agentes invisibles que nunca ocupan los titulares de las noticias. Se sabe poco o nada del backstage de las películas. Y ahí, María Guerra, gran conocedora de las dinámicas de las empresas informativas, reconoció que la corresponsabilidad debería ser un tema a tratar en las informaciones periodísticas, que los departamentos de cultura relegan al cine a un simple producto de entretenimiento, pero que, precisamente, las personas periodistas también lo llevan crudo en esto de la precariedad y en lo de conciliar vida laboral y personal.